Martha* tiene un negocio de comercio de textiles para la industria del calzado en Bucaramanga. Martha clasificó erróneamente su actividad económica para efectos de ICA (Impuesto de Industria y Comercio) como si fuera venta de calzado. Pero realmente ella no vende zapatos, sino cueros y herrajes.
Pasado un par de años, la Secretaría de Hacienda le notificó requerimiento especial que le imponía un mayor impuesto y sanción , con base en una tarifa de ICA más alta derivada de otra clasificación de actividad económica, por cerca de $90 millones.